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México SA – La Jornada

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Se firmó ayer el segundo tramo del Paquete contra la inflación y la carestía (el primero se presentó el 4 de mayo anterior), y “la esencia de todo”, dice el presidente López Obrador, es no aumentar los precios de las gasolinas, diésel, energía eléctrica para los consumidores finales y alimentos básicos, que no se registren incrementos de aquí a febrero de 2023, para lo cual participan, junto con el gobierno federal, 15 consorcios dominantes en sus respectivas áreas (carne de res, pollo y cerdo, tortilla, atún, arroz, frijol y huevo, así como los tres emporios de la comercialización, que controlan 80 por ciento de ese mercado).
Al cierre de agosto, el índice de precios al consumidor registró un aumento de 0.7 por ciento y el alza de los precios de los alimentos contribuyeron con casi la mitad de la inflación en ese periodo, mientras frutas y verduras aportaron una cuarta parte del total, algo que por lo demás se ha repetido a lo largo del presente año. El factor que ha atemperado el impacto ha sido el manejo de los precios de la energía. No hay que olvidar la vieja práctica empresarial y comercial de (aparentemente) mantener el precio del producto, pero a la par reducen el contenido, es decir, el consumidor paga lo mismo por menos.
Pero bueno, el presidente López Obrador se muestra satisfecho, porque, dice, “con la colaboración muy entusiasta y fraterna de empresarios, industriales, distribuidores de alimentos y comerciantes se ha logrado que la iniciativa privada y el gobierno llegaran a un compromiso para enfrentar el problema inflacionario, la escalada de precios, la carestía”. El acuerdo firmado ayer, subrayó, “es importantísimo, porque tiene que ver con el consumo de los alimentos básicos para la gente. Es realmente muy importante el que se haya suscrito y sea mediante consenso, fue un convenio, no hay imposición, no hay ninguna medida coercitiva, fue a partir de convencer y de persuadir, y por la voluntad de ustedes de ayudar”.
En el encuentro celebrado en Palacio Nacional, Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, detalló que “actualmente el precio máximo promedio de la canasta básica acordada es de mil 129 pesos por 24 productos (básicos); un esfuerzo inicial consiste en que la acción coordinada de gobierno, productores y tiendas de autoservicio reduzca dicho monto 8 por ciento, a mil 39 pesos promedio hasta el 28 de febrero de 2023. En cuanto a la harina de maíz utilizada para la tortilla, las empresas relevantes (Maseca y Minsa) asumen el compromiso de no subir sus precios durante la vigencia de este acuerdo, en específico por lo que hace a la harina básica extra premium, sin conservadores. El esfuerzo se extenderá para alcanzar un precio promedio 3 por ciento menor al máximo promedio actual”.
Ramírez de la O explicó que por el aumento de la inflación en el mundo México “ha recibido un impacto, entre otros, en los costos de materias primas, agrícolas y energéticas. El gobierno ha neutralizado el efecto inflacionario de los aumentos en gasolinas, manteniendo su compromiso de limitar cualquier incremento a no más que la tasa de inflación; sin embargo, el encarecimiento de los productos agrícolas sí ha sido fuertemente resentido, esto explica que la contribución de energéticos a la inflación anual de 8.8 por ciento en la primera quincena de septiembre sea de 0.62 puntos porcentuales y la de alimentos de 4.2”.
A diferencia de Estados Unidos, donde la inflación es de demanda, en México es de oferta. “Por esa razón, la mejor respuesta consiste en producir más alimentos y reducir costos regulatorios y logísticos por el gobierno y los productores para fortalecer esta oferta de alimentos. Las empresas aquí representadas y la Federación hemos analizado conjuntamente esta situación como digna de máxima atención para el momento inflacionario”; todo, dijo, “basado en la confianza”, al tiempo que el gobierno federal “mantendrá su política de contención del precio de los combustibles y de la electricidad establecida desde diciembre de 2018 y congelará las tarifas de las autopistas concesionadas al Fonadin, y a Caminos y Puentes Federales hasta el 28 de febrero de 2023”.
¿Algún iluso cree que Denisse Dresser asistió al Zócalo capitalino para ser “solidaria” y “manifestarse a favor” de los muchachos masacrados en el movimiento del 68? Sólo fue a provocar, que es lo único que sabe hacer, y lo logró. Por eso hoy, en nado sincronizado, la derecha y sus jilgueros pretenden hacerla “mártir”.

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