La inflación en México se mantendrá alta. – Milenio

Carlos Marín
Joaquín López-Dóriga
Carlos Marín
El viernes pasado salió la inflación del mes de septiembre en 0.62%, lo cual resultó menor a la esperada, 0.67%. La inflación de los últimos 12 meses se mantuvo igual que en agosto en 8.7%, lo cual es una buena noticia porque puede ser que hayamos visto en agosto el nivel máximo que tendrá. Sin embargo, la inflación subyacente, que es aquella que no contempla los precios volátiles de algunos bienes como alimentos y gasolinas, siguió su marcha ascendente, esto es lo que preocupa, ya que llegó al 8.28%. La inflación subyacente es muy difícil de controlar porque tiene carácter estructural, seguramente empezará a ceder, pero lo hará lentamente.
Mucha de la inflación que tenemos es importada dada nuestra estructura económica y podría influir en la decisión del Banco de México (Banxico) al subir las tasas de interés y apretando la política monetaria, pero con esto el banco central no tiene toda la solución. La economía mexicana no está tan apalancada como la de Estados Unidos (EU). De cualquier forma, Banxico por ahora no tiene más alternativa que seguir a la Reserva Federal (Fed) en el escalamiento de la tasa de interés de referencia, con los niveles que alcanzó la inflación nominal, pero sobre todo la subyacente en septiembre, lo más seguro es que en la próxima reunión de política monetaria, que será el próximo 2 de noviembre, se anunciará un nuevo incremento de la tasa de referencia de 9.25% actual al 10%, además la posibilidad de un nuevo incremento en diciembre es alta, con lo cual podríamos terminar el año con un 10.5%.
La gran pregunta es ¿qué hará Banxico en el 2023, si la Fed sigue subiendo su tasa? Hasta ahora lo que se proyecta es que la tasa de interés en EU llegue a niveles de 4.5% para diciembre de este año y de 4.6% para diciembre del 2023. Tengo la impresión que México no debería seguir subiendo la tasa arriba de 10.5% porque los daños a la economía podrían ser mayores que los beneficios.
El programa para reducir la inflación de los productos básicos, que se anunció esta semana, está lleno de buenas intenciones, sin embargo, falta más. Existen muchos factores que obstaculizan las actividades del sector privado y que, si se resolvieran, ayudarían mucho a contener los incrementos en los precios. Estoy pensando en los altos costos del transporte de mercancías, producto de las acciones del crimen organizado, también los cierres de carreteras, por cualquier motivo, que perjudican la distribución de productos. La inseguridad representa un enorme costo para las empresas que se ven forzadas a repercutir estos costos en sus precios.
Hemos mencionado que este intento de pacto que se anunció, debería hacerse entre más participantes. Un gran pacto nacional es lo que se necesita y que en él participen todos los sectores económicos, no solo un puñado de empresarios dedicados a la fabricación de alimentos, es importante tener programas más ambiciosos porque si no la inflación seguirá aumentando, haciéndonos mucho daño. Que no se nos olvide que la inflación a quien más lastima es a la clase trabajadora y a los que menos tienen. Es imperativo que todos trabajemos para lograr controlarla evitando que se mantenga alta durante mucho tiempo.
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