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Sedena: el hazmerreír y sus gastos inútiles – La Silla Rota

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La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) planea gastar 76 millones de pesos para un Sistema de Supervisión de Comunicaciones Militares para el Centro de Operaciones del Ciberespacio en la Ciudad de México. ¿Para qué, si acaban siendo hackeados por profesionales y exhibidos?
Esta adquisición de equipos con nueva tecnología con capacidad de supervisar la emisión de frecuencias que emiten sus sistemas de radiocomunicación no surge de Guacamaya, el mayor boquete a la seguridad nacional que jamás se haya hecho en la historia del país.
El Centro de Operaciones del Ciberespacio de la Ciudad de México contará con el equipamiento y capacidad técnica de llevar a cabo la supervisión de comunicaciones militares, coadyuvará con la seguridad pública e incrementará la productividad eficiente de servicios en la supervisión de comunicaciones militares, según información a la que tuvo acceso esta columna.
La operación, según se sabe, estará a cargo de personal militar. Promete “beneficios a la estabilidad económica del país”, aunque ya vimos que todo esfuerzo ha sido inútil frente a la fuga de 4 teras de información de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Según el oficio S.I e I./C.I/1696, Jesús Gabriel López Gutiérrez, el Subjefe Operativo de la Guardia Nacional, informó a la Unidad para la Protección de los Derechos Humanos, Disciplina y de Desarrollo Profesional (UPDDHHD y DP) de la Guardia Nacional, la ejecución de distintas medidas frente al saqueo de millones de correos y documentos de la Sedena, por lo que llevarán a cabo una supervisión técnica y física a su infraestructura cibernética.
“Con motivo del ataque cibernético del cual fue objeto una Secretaría de Estado (sin mencionar expresamente a la Sedena, bajo cuya tutela se empeñó en poner a la Guardia Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador) de la actual administración por un Grupo de hackers autodenominado ‘Guacamaya’, está comandancia de Guardia Nacional como medida preventiva, implementará una supervisión técnica y física a la infraestructura cibernética de esta institución de Seguridad Pública mediante la conformación de un equipo integral”, dice el documento obtenido por el autor de esta columna.
El calambre que les metió Guacamaya los llevó a ordenar al responsable del área a “realizar una evaluación técnica inicial de las condiciones actuales en las que se encuentren los sistemas de seguridad cibernética, y elabore diagnóstico inicial remitiéndolo a la comandancia de la Guardia Nacional, para antes de las 18:00 horas del 9 de octubre de 2022 y posteriormente remitirlo semanalmente los días sábado, donde se informe claramente que los sistemas de protección estén actualizados”.
También llama la atención la instrucción siguiente en torno a los mensajes “secretos y muy secretos”, lo cual sinceramente causa un poco de ternura:
“Que la documentación clasificada se encuentre en un área debidamente resguardada y controlada, empleando el correo correspondiente para su transmisión, ratificándose que los mensajes rutinarios, confidenciales deberán ser transmitidos por mensaje C.E.I. y los mensajes secretos, muy secretos, deberán ser transmitidos por el buzón S.E.A.A”.

¿Hasta dónde llegará la profundidad de la información extraída a la Sedena? Eso aún está por verse. Lo cierto es que más allá de la información en torno a la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay datos inquietantes que dejan ver cómo los militares tienen datos de presuntos nexos del narco con políticos de Morena, incluso de cercanos colaboradores del propio López Obrador.
Por ejemplo, gracias a Guacamaya sabemos que el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Crescencio Sandoval, recibía información sensible en un correo personal ICloud de Apple.
La pregunta es: ¿Para qué gastar 76 millones de pesos en un Sistema de Supervisión de Comunicaciones Militares para el Centro de Operaciones del Ciberespacio en la Ciudad de México? Según la información de que dispone esta columna, la compra es para contar con “tecnología con capacidad de supervisar la emisión de frecuencias que emiten sus sistemas de radiocomunicación, con el fin de crear protocolos de operación que permitan detectar el incumplimiento a la normatividad”.
Por más que el presidente quiera minimizar la exhibida de los militares a quienes encarga todo, en la realidad son el hazmerreír y cada vez que surjan nuevas historias, que a cuentagotas se van publicando en los medios de comunicación, deberíamos de preocuparnos como ciudadanos acerca de las decisiones que está tomando el presidente de México.
Punto y aparte. Al más puro estilo del “haiga sido como haiga sido”, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya tiene listo el decreto para crear la Universidad de las Lenguas Indígenas de México. Es una buena acción, el problema, como en casi todo lo que hace este gobierno, es cómo lo hacen.
Punto final. A vecinos de Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, les llegará esta información: “Se hace del conocimiento a los usuarios derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social y público en general, sobre el cierre de la Unidad de Medicina Familiar No. 59, el día 1 de noviembre de 2022; así como la reasignación de los servicios médicos a la Unidad de Medicina Familiar No. 184, el día 02 de noviembre de 2022”.

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