Los tacos son un platillo que identifica a México, y hay una gran variedad de éstos, pero sin duda el rey es el taco al pastor. Lo que pocos conocen es que este tipo de taco tiene su origen en el municipio de San Nicolás Buenos Aires, Puebla que está a una distancia de poco más de 70 minutos de la capital del estado, por la carretera Puebla-Córdoba, pasando San Salvador El Seco.
De esta localidad han salido hombres que llevaron la receta a taquerías de la Ciudad de México, Hidalgo, Veracruz, y sitios turísticos como Acapulco, Puerto Vallarta, Cancún, Mazatlán así como ciudades como Monterrey, Guadalajara, Torreón, Tampico, Michoacán, Chihuahua; incluso a Los Angeles y Nueva York, en Estados Unidos. Los tacos al pastor son de carne de cerdo marinada con un adobo elaborado a base de chiles, vinagre y condimentos; hay quienes le ponen achiote y otros ingredientes que no revelan por ser “receta secreta”. Se distinguen de otros tacos porque la carne es apilada capa por capa formando un gran trompo que es coronado con una piña. El trompo es abrazado por el fuego que provoca el gas o el calor del carbón y que, dicho sea de paso, este elemento natural le impregna un sabor especial a la carne, más a esos gorditos que quedan doraditos por las brasas. Preparar esta delicia de platillo es todo un arte, pues una vez que la carne brilla por el escurrir de la grasa, el taquero con estilo afila su cuchillo, apoya la tortilla de maíz de tamaño pequeño sobre el trompo, al mismo tiempo que con la otra mano rebana en vertical para obtener láminas de carne cocidas en su punto.