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Mexicana de Sedena, ¿rescate o nueva empresa que el gobierno no sabe administrar? – Cuestione

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Desde principios de año, el presidente López Obrador le ha dado vueltas al asunto de una aerolínea del Estado. Finalmente, en noviembre anunció que su gobierno ya tomó la decisión de que se llamará Mexicana de Aviación y estará a cargo de la Secretaría de la Defensa (Sedena).
Luego de que se dio a conocer la creación de la nueva empresa del Estado porque se filtró dicha información, nos enteramos que la empresa militar ‘Olmeca-Maya-Mexica’ estará a cargo de la nueva aerolínea.
Esa empresa militar actualmente administra otras megaobras del gobierno como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), así como los aeropuertos de Tulum y próximamente Palenque y Chetumal. 
¿Qué sabemos de Mexicana de Aviación, la aerolínea militar del gobierno? ¿Rescataron la anterior o el actual gobierno sólo quiere una nueva empresa?
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Durante el “Día de la Fuerza Aérea Mexicana”, el pasado 10 de febrero, fue la primera vez que el presidente mencionó la existencia de una aerolínea estatal, pero no profundizó en el tema. 
Entonces mencionó la creación de “Olmeca-Maya-Mexica”, una empresa de transporte originalmente creada para operar de forma especial el avión presidencial, el cual sigue sin venderse.
Esta empresa presuntamente destinará el 75% de sus utilidades para las pensiones de marinos, soldados e integrantes de las Fuerzas Armadas.
“Llevará el control de las empresas que administren, operen, exploten y de ser necesario, construyan (de nueva creación o en vías de ampliación y mejoras) los Aeropuertos Internacionales ‘Felipe Ángeles’, ‘Palenque’, ‘Chetumal’, ‘Tulum’, y el ‘Tren Maya’”, se cita en el Diario Oficial de la Federación.
Según el DOF, el capital social de Olmeca-Maya-Mexica, es de $1,000,000 de pesos, correspondiendo $990,000 pesos del presupuesto de Sedena y $10,000 pesos al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, S.N.C., como accionista minoritario.
Uno de los acontecimientos que más afectó este año al gobierno fue el hackeo de información por el grupo Guacamaya en octubre pasado. Con la publicación de estos documentos se reveló información que el presidente López Obrador en efecto tenía planes para que la Sedena dirigiera una aerolínea. 
Una vez pública, el presidente no tuvo más remedio que dar detalles sobre el tema en su conferencia matutina del 5 de octubre. Donde habló de la privatización de Aeroméxico y Mexicana, y manifestó su confianza en que las Fuerzas Armadas evitarán que esta situación se repita con la nueva aerolínea.
El plan del presidente es que las pensiones de las Fuerzas Armadas dependan de las ganancias que tengan el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y otros proyectos como la aerolínea que la Secretaría de la Defensa planea realizar en los próximos días bajo la operación de la empresa “Olmeca-Maya-Mexica”.
El pasado 5 de diciembre, el presidente confirmó que la nueva aerolínea a cargo del Estado en efecto se llamará “Mexicana de Aviación”, según un acuerdo al que llegó con los extrabajadores de la extinta aerolínea. 
Hay que recordar que Mexicana de Aviación, se fundó en el año 1921 y antes de su desaparición en el año 2010, fue la aerolínea más antigua de México.
Entre 2007 y 2010 había disminuido en 30% su participación en vuelos domésticos y comenzó a tener problemas económicos. Para 2010, recurrió a un concurso mercantil para reestructurar financiera o administrativamente sus obligaciones para con los acreedores y mantener sus relaciones y operaciones.
El Consejo de Operaciones propuso una negociación con el sindicato de pilotos y sobrecargos para reducción de sueldos y recorte de personal que no llegó a un acuerdo. Mientras tanto la empresa se encontraba en un estado económico grave, que la obligaría a lanzar una subasta comercial en busca de inversionistas que se pudieran hacer cargo de ella.
En conferencia desde Campeche, el mandatario comentó que los recursos que se entregarán por la marca y los derechos, su gobierno se los entregará a los trabajadores de la antigua Mexicana de Aviación.
Desde la primera vez que López Obrador habló públicamente de Mexicana de Aviación mencionó que tenía que ser dirigida por la Sedena porque se trata de una empresa pública. ¿Por qué el presidente quiere otra empresa estatal?
En palabras del presidente López Obrador, la creación/rescate de la nueva línea aérea es para contribuir a la baja de precios de las aerolíneas comerciales.
Sin embargo, no hay ningún tipo de evidencia de que esto ocurra. Incluso, el Estado tiene un historial de no poder cumplir los objetivos de las compañías que quiere mantener. 
Por ejemplo, en los últimos meses Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (entre julio y septiembre de este año), estaban en números rojos con una deuda que asciende a los $102,752 millones de pesos. 
Aún así, el gobierno actual tiene una tendencia de crear empresas y querer competir con la iniciativa privada, como el intento de explorar litio con LitioMX -coordinado por la Secretaría de Energía (Sener), y la división de Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFE-TEIT) de la CFE- para dar servicio de internet a comunidades apartadas. 
Ambos esfuerzos fueron presentados este año y no han presentado un plan ni presupuesto hasta el momento. 
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Como nos dijo Marco Cancino, experto en transparencia y análisis institucional aplicado, en esta nota, para poder hacer competitivas las empresas del Estado se requiere de inversión en infraestructura y capital humano. Algo que el gobierno federal aún no ha sabido competir o bien, imitar, de la iniciativa privada. 
No solo se trata de que el Estado como empresario resulte costoso, si no que también las empresas estatales tienen un manejo ineficiente de los recursos.

En ninguno de los comunicados sobre este nuevo plan de gobierno se menciona lo costoso que es operar una aerolínea. Por ejemplo, en 2020 solamente el almacenamiento de un avión requiere un pago mensual de $990 dólares, aproximadamente $223,464 pesos anuales más impuestos. 
Además, hay que considerar todos los gastos operativos de las puertas del aeropuerto, plataforma de estacionamiento, de embarque, entre otras. Por ejemplo, según la página oficial del AICM, simplemente el uso de pasillos telescópicos (el túnel que se usa para subir al avión) puede ir desde $465 dólares por 15 minutos hasta $2,329 dólares por hora. 

Esto solamente del gasto corriente, operar una aerolínea es costoso y se pueden dar muchas pérdidas. Tal fue el caso de Interjet, que, aunque fue la segunda aerolínea mexicana con el mayor número de vuelos extranjeros en 2019 y transportó más de 3 millones 556 mil pasajeros a aeropuertos mexicanos y extranjeros durante 2020, en 2021 se declaró en quiebra.  La aerolínea entró en insolvencia por una pérdida de $2,803 millones de pesos.
Con el antecedente de empresas estatales como CFE y Pemex en números rojos, es evidente que al gobierno le falta planeación a largo plazo para cumplir los objetivos de las compañías que crea y quiere mantener. Aún así, se empeñan en rescatar y quebrar más empresas. 

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