El documento está acompañado de fotografías tomadas de forma oculta de un grupo de simpatizantes “de apariencia extranjera” o la cantante Mon Laferte. (Foto: El País).
En el reporte incluye un mapa donde se delimita el área controlada por el EZLN, que incluye los municipios de Las Margaritas,Altamirano, Amatenango, Chilón, Motozintla, San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Palenque y San Andrés Larraínzar, en Chiapas. Más allá de los montes de Chiapas, en otro documento encontrado por este periódico, un jefe militar del campo militar No.16 de Querétaro envía a sus superiores una serie de fichas con el perfil de los dirigentes zapatistas en Querétaro. En la misma, junto al nombre del espiado, se resume las actividades públicas o privadas que realiza. En algunos casos estas fichas se limitan a escribir: “realiza actividades propias de su profesión: dentista”.
Hackers ‘Guacamaya: Documentan injerencia
Antes de que Andrés Manuel López Obrador anunciara que se preparaba un acuerdo “para que, por completo, la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa”, sino que, un mes antes, la Sedena presentó a la Presidencia un plan A y un plan B para lograr ese objetivo. De acuerdo a Proceso la reforma a cuatro leyes secundarias en materia de Guardia Nacional, con las que la Sedena tomó el control operativo y administrativo de la corporación, tras ser aprobadas en el Congreso de la Unión, fue redactada por el Ejército. Es común que la Secretaría de Gobernación y la Consejería Jurídica de la Presidencia sean el enlace con el Poder Legislativo para las reformas que interesan al gobierno, pero esta vez quedó al descubierto la injerencia militar en temas legislativos. Lo anterior, pese a que es violatorio de la Constitución y de la ley. El Artículo 71 de la Constitución señala que el derecho de iniciar leyes o decretos compete solamente al presidente de la República, a los diputados y senadores, a las legislaturas de los estados y a los ciudadanos que junten un número de firmas equivalente a 0.13% de la lista nominal de electores. Mientras que el artículo noveno dice que sólo los ciudadanos pueden reunirse para tomar parte de asuntos políticos y ninguna reunión armada tiene derecho de deliberar. Además, el Artículo 17 de la ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos prohíbe a los militares en servicio activo inmiscuirse en asuntos políticos, de manera directa o indirecta, salvo quienes gocen de licencia.
Los proyectos de la Sedena
Según reveló Proceso, el primer proyecto, llamado plan A, consistía en una reforma al artículo 21 constitucional para que la Guardia Nacional fuera reconocida como una “Fuerza Armada con la función esencial de proporcionar la seguridad pública”, de “carácter permanente y naturaleza militar”, “adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional”. También incluía que los recursos financieros y materiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) destinados a la Guardia Nacional fueran transferidos a la Sedena. Además, proponía reformar el Artículo 13 de la Constitución para que los integrantes de la Guardia Nacional, “para efectos estrictamente disciplinarios”, quedaran sujetos al fuero militar para los delitos y faltas contra la disciplina militar. “En concordancia con el reconocimiento de la Guardia Nacional como una de las Fuerzas Armadas permanentes del Estado mexicano”, dice la iniciativa. Mientras que el plan B era saltarse la Carta Magna, ignorar el Artículo 21 constitucional que establece que la GN es una institución policial de carácter civil y que su adscripción es a la SSPC, y reformar sólo leyes secundarias: la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, Ley de la Guardia Nacional, la Ley Orgánica y de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. Lo anterior con el fin de que se modificaran varios artículos, entre ellos el 29 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para que a la Sedena le correspondiera “manejar el activo del Ejército y la Fuerza Aérea, así como de la Guardia Nacional”.
Revela hackeo ‘narcogobierno’
El colectivo ‘Guacamaya’ reveló también que la Sedena reporta que la delincuencia organizada acuerda reuniones y pagos con funcionarios municipales, estatales y federales. De acuerdo a la revista Proceso, se involucran con el narcotráfico a funcionarios de Tabasco que estuvieron bajo el mando del entonces gobernador Adán Augusto López, así como a miembros de los gobiernos de Jalisco, Morelos, Guerrero y Veracruz. Los informes de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) exhiben la compleja realidad delictiva que padece México y las alianzas entre los 81 grupos criminales y altos funcionarios que despachan en presidencias municipales, gobiernos estatales –especialmente en las oficinas de gobernadores, sus fiscalías y policías– y en las instituciones federales como la Fiscalía General de la República (FGR), la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina (Semar) y el propio Ejército.