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El periodista Luis Chaparro habla de Guacamaya, la colaboración entre el ejército mexicano y los narcos, la vigilancia a periodistas y el viaje de los refugiados venezolanos hasta EE.UU. – Democracy Now!

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Una filtración de más de cuatro millones de documentos secretos del Gobierno de México ha revelado que el ejército vendió granadas y equipo táctico a los narcos. La Secretaría de Defensa Nacional de México (SEDENA) fue blanco de un grupo de hackers conocido como Guacamaya, en una de las más grandes filtraciones en la historia del país. Los documentos también muestran que funcionarios mexicanos usaron el software espía israelí Pegasus para vigilar a periodistas y evitaron cooperar con la investigación sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Además, se revela que los zapatistas son uno de los grupos de resistencia más vigilados de México.
Para ahondar más en este asunto nos acompaña desde El Paso, Texas, Luis Chaparro, periodista especializado en la cobertura de la frontera entre Estados Unidos y México que ha examinado las filtraciones de Guacamaya y escrito sobre el tema en su último artículo para Vice. Además Chaparro nos habla de la travesía de los solicitantes de asilo de Venezuela en su camino hacía Estados Unidos y de su experiencia siguiendo durante 40 horas un convoy de autobuses llenos de migrantes desde Texas hasta Nueva York, autobuses que eran parte de la estrategia puesta en marcha por gobernadores republicanos del sur de Estados Unidos de enviar a los migrantes que llegan a la frontera a ciudades demócratas del norte del país.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Soy Amy Goodman con Juan González. Una filtración de más de cuatro millones de documentos secretos del Gobierno de México ha revelado que el Ejército vendió granadas y equipo táctico a los narcos. La Secretaría de Defensa Nacional de México (SEDENA) fue blanco de un grupo de hackers conocido como Guacamaya, en una de las más grandes filtraciones en la historia del país. Los documentos también muestran que funcionarios mexicanos usaron el software espía israelí Pegasus para vigilar a periodistas y evitaron cooperar con la investigación sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Además, se revela que los zapatistas son uno de los grupos de resistencia más vigilados de México.
Desde El Paso, Texas, nos acompaña Luis Chaparro. Su nuevo artículo para Vice se titula: “Correos filtrados muestran que el Ejército mexicano vendió granadas a los cárteles”. Bienvenido a Democracy Now! ¿Puede describir lo que encontró?
LUIS CHAPARRO Sí, claro, Amy. Yo creo que una de las revelaciones más fuertes que tuvo Guacamaya, el grupo de hackers Guacamaya, respecto a lo que se encontró dentro de los documentos filtrados de la SEDENA es principalmente la vulnerabilidad que tiene la SEDENA a un grupo de hackers que pudo fácilmente acceder a través del servidor de correos. Y segundo, el nivel de corrupción y de participación que hay entre los miembros del Ejército mexicano y los cárteles de la droga, además del nivel también de vigilancia que mantienen en contra de periodistas, activistas y grupos que llaman subversivos en México.
JUAN GONZÁLEZ: Luis, ¿puede hablar un poco más acerca de la vigilancia en la sociedad civil especialmente en términos de periodistas o de activistas de base en todo México?
LUIS CHAPARRO: Sí, claro. El nivel de vigilancia que mantiene el Ejército mexicano hacia los periodistas se había estado revelando poco a poco a través de investigaciones de propios colegas, como el uso del programa Pegasus, el uso también de otros sistemas, digamos, de intervención de mensajes, de llamadas. Sin embargo, esta revelación de datos filtrados nos mostró que no solo se está utilizando con ciertos periodistas, sino que ciertamente están amasando una gran cantidad de datos de colegas periodistas. Como ustedes saben, México es uno de los países más peligrosos para ejercer el oficio del periodismo y esto agrega a la vulnerabilidad de los colegas en cuanto a sentirse vigilados, en cuanto a estar expuestos a, digamos, una institución como lo es la SEDENA, que ahora sabemos que está activamente participando con los cárteles de la droga y vigilando a quienes considera oposición.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Cuál ha sido la reacción del presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de estas revelaciones?
LUIS CHAPARRO: López Obrador ha mantenido su manera de responder a este tipo de revelaciones, que es siempre negarlo todo. Él ha dicho que no hay nada importante y no hay nada interesante, a pesar de que aceptó que se vulneró el servidor, el principal servidor de la Secretaría de la Defensa. Digamos, trató de minimizar el impacto de esta revelación masiva de documentos. Estamos hablando de más de cuatro millones de documentos, casi todos ellos son correos institucionales de la SEDENA con nombres, cargos, información personal de varios de los miembros activos. Sin embargo, el presidente Obrador está minimizando la revelación diciendo que lo más importante que en todo caso habría en estos documentos sería la información sobre su salud personal, que ha estado en los medios últimamente porque al parecer tiene problemas del corazón.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Qué muestran estos documentos filtrados acerca del rol de Estados Unidos en la guerra contra las drogas?
LUIS CHAPARRO: Yo creo que hay una cuestión muy importante y que es una confirmación absoluta de que la guerra contra las drogas no está funcionando, ni para México ni para Estados Unidos. Creo que solo le está funcionando a un grupo muy pequeño de oficiales en ambos países, a un grupo muy pequeño también de lavadores de dinero y a un grupo muy pequeño también de políticos que se han estado beneficiando y [han] beneficiado sus campañas a través de la llamada guerra contra las drogas. Estos correos muestran que a pesar de todo el apoyo en cuanto a recursos que se ha brindado de Estados Unidos a México, ha terminado en su gran mayoría en las manos equivocadas, en manos de una institución como la SEDENA, que hoy sabemos es altamente corrupta y está activamente participando con cárteles de las drogas. Lo que significa que los recursos como armas, equipo táctico y entrenamiento están terminando, a final de cuentas, beneficiando a los cárteles de las drogas en México.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablarnos más en detalle de los emails filtrados que revelan que el Ejército de México vendió granadas a los narcos?
LUIS CHAPARRO: Una de las revelaciones más fuertes que hay dentro de estas comunicaciones filtradas, y hechas públicas a ciertos miembros de la prensa, es justamente que el Ejército mexicano estuvo participando activamente con cárteles no solo pasando información, pero también vendiendo equipo. Parte de este equipo incluía equipo táctico como chalecos antibalas, sistemas de vigilancia, binoculares de visión infrarroja, pero también granadas. Estaban vendiendo granadas de fragmentación por 26.000 pesos cada una, alrededor de 1.300 dólares cada granada, y se estaban entregando, de acuerdo a estos documentos filtrados, incluso dentro de la misma Base Militar No. 1, que es una de las más grandes en la Ciudad de México.
AMY GOODMAN: ¿Qué es Guacamaya y por qué se llama así?
LUIS CHAPARRO: Guacamaya es un grupo de hackers que ha estado principalmente observando, vigilando y filtrando información respecto a compañías multinacionales en Latinoamérica como mineras, también algunas multinacionales financieras en Chile, en Argentina, en Brasil y ahora en México. Anteriormente habían publicado una serie de información filtrada donde se podía ver todo el lobby sucio que habían realizado estas compañías multinacionales en Latinoamérica para hacerse de contratos de minería o de explotación de recursos naturales. Pero esta es la primera vez que atacan directamente a un Gobierno y que además no fue cualquier ataque, es la exposición más grande que ha tenido el Gobierno mexicano por un grupo de hackers. Guacamaya ha sido muy selectivo respecto a quiénes comparte la información o los accesos a su material, además de que ellos no han realizado ninguna especie de curaduría, sino que tienen los documentos abiertos y entonces hay que ir uno por uno. Esto requiere una cantidad impresionante de trabajo, pero también le da mucha transparencia a lo que se encuentra en ese correo. Yo creo que hay un 20 o 30% de la información, que hasta ahorita hemos visto colegas y un servidor, que realmente contiene información muy delicada, muy reveladora, y el resto pues es información de carácter muy generalizado, gente haciendo su trabajo día a día. Sin embargo, eso no le quita mérito al trabajo de Guacamaya. Ellos no han comunicado, hasta donde yo entiendo, exactamente por qué fueron tras de la SEDENA, particularmente de cualquier institución mexicana, hasta donde sé. Pero creo que tiene que ver con la vulnerabilidad que encontraron en el servidor de correos.
AMY GOODMAN: Luis, ¿Cree que hay una conexión entre que México sea el país más peligroso del mundo para los periodistas y que el Gobierno mexicano y los militares vigilen a los periodistas? ¿O cree que al menos cuando los periodistas son asesinados el Gobierno y los militares saben quién lo hizo?
LUIS CHAPARRO: Definitivamente. Yo siempre lo he dicho desde que empezaron a asesinar colegas, iniciando ya hace tiempo justo en Ciudad Juárez con el colega “El Choco”, eventualmente con la editora Miroslava Bridge, también de Chihuahua, y eventualmente colegas en todo el país. No hay una firma clara de un cártel de las drogas que esté asesinando a periodistas en México, es algo que está sucediendo sistemáticamente a lo largo de distintas administraciones, por llamarlas de alguna manera, de los cárteles de las drogas. No tiene mucho sentido que sea más o menos el mismo modus operandi del homicidio de los colegas en todo el país, sabiendo que hay distintas facciones de este crimen organizado operando en distintos estados y bajo distintas épocas y bajo distintos modus operandi. No se ha comprobado, siempre ha sido la versión oficial de que son los cárteles de las drogas asesinando periodistas, sin embargo no se ha comprobado. Lo que sí ha sido muy evidente es la mano del Estado, la mano del Gobierno mexicano, detrás del asesinato de periodistas en México, principalmente por las razones por las que han sido asesinados. La gran mayoría de las amenazas y homicidios contra colegas en el gremio han sido después de publicar información que tiene que ver más con el ámbito de la política, con revelaciones de oficiales mexicanos trabajando de manera corrupta ya sea con otros oficiales o con los cárteles de las drogas, que realmente revelaciones que tengan que ver con el crimen organizado.
AMY GOODMAN: Luis, usted está en El Paso, en la frontera entre EE.UU. y México. Recientemente viajó junto a un convoy de autobuses de migrantes que salían de la ciudad demócrata de El Paso, Texas, hacia Nueva York, y digo ciudad demócrata porque parece que los gobernadores republicanos de Arizona, Texas y Florida están enviando a migrantes a ciudades que ellos llaman demócratas o que están dirigidas por demócratas. Así que el convoy fue de El Paso a Nueva York y usted escribió sobre ello en un artículo para Vice titulado “'Los niños tienen hambre': 40 horas en la carretera en un autobús con migrantes de Texas”. Hable de ese viaje.
LUIS CHAPARRO: Claro. Nosotros estuvimos siguiendo estas noticias de estos autobuses saliendo de Texas, de ciudades como San Antonio, Dallas, pero también El Paso, ciudades demócratas, yendo hacia ciudades como Nueva York o Chicago. Lo que habíamos visto era cuando salen estos autobuses y cuando llegan a Nueva York, pero no sabíamos qué estaba pasando justo en medio, cómo es este viaje, son muchas horas de viaje, cómo sobrellevan, tienen que tener alimentos, tienen que tener agua, tienen que tener recursos para aliviar también a los niños que van enfermos, etc. Y pues encontramos que lamentablemente no es así. Estamos hablando de que más de un 95% de las personas en estos convoyes de autobuses es de Venezuela, son personas de Venezuela que ya han pasado por más de ocho países, que pasaron por el Tapón del Darién, que es altamente mortal. Y que después de todo eso, cuando ellos ya sienten que llegaron a una zona segura como es Estados Unidos, porque, de nuevo, ellos no son inmigrantes ilegales, por llamarlos de alguna manera, o irregulares, están utilizando una vía perfectamente legal para pedir asilo político, son personas que están solicitando asilo político, y aun así, una vez que llegan a este país y que piensan que están seguros, tienen que subirse a un autobús que, primero, saliendo desde El Paso, yo creo que es nada más para las cámaras que se muestran los autobuses lindos, los autobuses limpios, con aire acondicionado, unos autobuses grandes que dicen “El Paso” en un lado. Pero una vez que salen de aquí, a diez horas de El Paso, en las afueras de Dallas, llega otro autobús, que es un autobús viejo, con las llantas en mal estado, con el baño no el mejor o más limpio, y que además durante todo el camino estuvo sufriendo accidentes, se le ponchó una llanta, no tienen el equipo para cambiar o arreglar una llanta, entonces tuvieron que esperar más de ocho horas en medio de la noche en la carretera para esperar a que alguien les ayudara a cambiar esa llanta. Además, en cada subida montañosa, en lugares como Tennessee, el autobús se sobrecalentaba y tenían que pararse de nuevo vulnerando la seguridad, no solo de los conductores, pero también de los migrantes al detenerse a un lado de la carretera con un acotamiento pequeño a esperar a que se enfriaran los autobuses.
Después de toda esta travesía, estamos hablando de que también les dan un sándwich y una botella con agua cuando salen de El Paso. Pero es un viaje de más de 45 horas, ese sándwich dura las primeras tres horas y esa botellita de agua se la acaban en cuanto se suben al autobús. De ahí en más, no les ofrecen recursos, no les ofrecen comida, los niños están pasando hambre porque a las diez de la noche que cambian de autobús ellos ya están muy hambrientos, tienen mucha sed, tienen ganas de ir al baño, vienen hartos de ir sentados en un autobús. Y entonces hemos visto que cada parada que hace el autobús en estaciones de gasolina para cargar, se bajan a rogar por comida o por bebida para sus hijos en las tiendas de carga de gasolina.
AMY GOODMAN: Explique de dónde vienen estos solicitantes de asilo. Su viaje claramente no comenzó en El Paso.
LUIS CHAPARRO: No, la mayoría de ellos salieron de Venezuela. Venezuela, como sabemos, ha tenido o está teniendo un momento de decadencia muy fuerte en los últimos años, la gran mayoría son de Venezuela y han tenido que cruzar Venezuela, Colombia, Panamá, más de ocho países. El Tapón del Darién que cruzan entre Colombia y Panamá es altamente mortal, es una jungla impenetrable pero que además está controlada por grupos guerrilleros, por crimen organizado, por oficiales corruptos, donde muchos de ellos han muerto. Muchos de los menores, de los niños que vienen acompañando a sus padres todo el camino vieron la muerte por primera vez, que es una de las experiencias más terribles que escuchamos de ellos, cómo una niña tuvo que ver a una persona muerta y pensó que estaba dormida, intentó despertarla y era una persona muerta y tuvo un shock muy fuerte para esta niña. Entonces, vienen de un trayecto fuerte, vienen de cruzar la frontera de Guatemala con México, donde oficiales de Inmigración en ambos países son altamente corruptos, donde abusan de sus derechos, donde los amenazan, algunos de ellos son secuestrados para pedir dinero a cambio de su libertad y además cruzar todo México, que es un país también bastante grande, bastante complicado geográficamente, pero también en cuestión de crimen y de seguridad, cruzar y llegar hasta una frontera. Muchos de ellos estaban cruzando por el lado de Laredo, Texas, porque al parecer por ahí el río y la geografía les permite más fácilmente acceder a Estados Unidos a pedir asilo político, pero el río ha estado creciendo, han muerto por decenas, hoy por hoy ha sido… El mes pasado fue el mes más mortal para los inmigrantes cruzando ya la frontera entre ambos países, justamente como primera causa de muerte es el ahogamiento, que se han ahogado en el río. Encontraron que en El Paso el río tiene niveles muy muy bajos y entonces empezaron a moverse hacia El Paso para cruzar a Estados Unidos. Esto está pasando porque ellos podrían legalmente llegar a un puente internacional a pedir asilo político, pero las restricciones de la pandemia han hecho que estén cerrados los puentes virtualmente para ellos. Hay oficiales a la mitad del puente que no los dejan llegar propiamente a una garita a pedir asilo político y entonces tienen que encontrar caminos peligrosos como cruzar un río o un desierto para entregarse a la Patrulla Fronteriza.
AMY GOODMAN: Finalmente, Luis, usted mencionó antes Venezuela. Más de 150.000 venezolanos han sido detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México en el último año. The New York Times ha publicado un artículo titulado “La Casa Blanca estudia un programa humanitario para los venezolanos” que dice: “El Gobierno de Joe Biden se plantea un programa de permisos humanitarios para los venezolanos que han estado huyendo de la inestabilidad política y la pobreza en gran número, según dos funcionarios de la gestión familiarizados con el plan propuesto, que el Gobierno estadounidense espera que disuada a los venezolanos de cruzar la frontera suroeste de forma ilegal. Si se implementa, el programa para los venezolanos sería similar a un programa humanitario ofrecido a los ucranianos, que permite que un familiar o una persona que los respalde en Estados Unidos haga una solicitud en nombre del refugiado y se comprometa a proporcionarle asistencia financiera mientras esté en el país. Mientras que el programa ucraniano recibió el apoyo bipartidista, los republicanos han sido menos acogedores con los venezolanos. El programa de permiso humanitario no se aplicaría a los venezolanos que ya están en el país, pero la esperanza es que anime a los inmigrantes a buscar refugio más cercano y volar a Estados Unidos, en lugar de viajar al norte a pie y cruzar la frontera de forma irregular”. El artículo no menciona las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, que están destruyendo ese país. ¿Puede hablar sobre lo que eso significaría?
LUIS CHAPARRO: Definitivamente. Yo creo que esto no es, digamos, una nueva vía. Es una vía que ya existía antes de las acciones que ha tenido Estados Unidos en contra del Gobierno de Venezuela que ha forzado a muchos de ellos a salir, pero también antes de las restricciones de la pandemia. Se están discutiendo dos cosas que yo creo que van a tener resultados dentro de esta misma semana, sino es que más tarde hoy. La primera es que el Gobierno mexicano está por aceptar una medida propuesta por la Administración de Biden para poder tener o, digamos, retener a migrantes venezolanos que están buscando asilo político en lo que se resuelve su primera audiencia de inmigración, como está pasando con gente de El Salvador, Honduras y obviamente mexicanos y de Guatemala también, que pueden esperar en México o tienen que esperar en México para su primera audiencia en Estados Unidos, lo cual los vulnera también. México es un país altamente riesgoso para migrantes, no solo por el crimen organizado, pero también por la corrupción entre los oficiales de Migración que han estado participando dentro de los secuestros a migrantes. Y entonces esa es una de las posibilidades que están enfrentando hoy los venezolanos: tener que esperar en México para eventualmente ir a su audiencia de asilo político en Estados Unidos. La otra es justamente esta revelación que hace The New York Times, donde se está considerando abrir una vía que existía o que existe para otros países, que es que esperen dentro de su propio país, sin que salgan de su país, para iniciar un proceso de asilo político, lo cual para ser honesto no tiene mucho sentido porque esta gente no está saliendo del país buscando nada más un beneficio económico o por su propio pie, están siendo forzados a salir de su país por la situación económica y de seguridad que está enfrentando Venezuela, lo cual, con todo y que tengan una vía legal para no llegar hasta la frontera a pedir asilo político, sino que puedan utilizar una vía legal dentro de su país o en algún país vecino no va a resolver sus necesidades y sus amenazas más inmediatas, que son la seguridad y el acceso a alimento y a una vida digna.
AMY GOODMAN: Luis Chaparro, gracias por acompañarnos. Periodista que informa desde la frontera entre EE.UU. y México. Vamos a enlazar a sus artículos en Vice, “Los niños tienen hambre: 40 horas en la carretera en un autobús con migrantes de Texas” y “Correos electrónicos filtrados muestran que el Ejército de México vendió granadas a los cárteles”. Para ver nuestra conversación en inglés visite democracynow.org. Soy Amy Goodman con Juan González. Gracias por acompañarnos.
Democracy Now! es una organización sin ánimo de lucro 501(c)3 dedicada a la producción de noticias. No aceptamos financiamiento publicitario, corporativo o gubernamental. Dependemos de las contribuciones de nuestros oyentes y televidentes para hacer nuestro trabajo. Por favor, haga su contribución hoy.
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