El caos desatado hoy miércoles en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, por fallas en los sistemas del Instituto Nacional de Migración escaló en el gabinete de seguridad del Gobierno. Por estas horas todavía se busca conocer si se trató de un sabotaje a la instalación de Telmex o si, como también se desliza, pudo haberse tratado de un hackeo a los sistemas del Aeropuerto.
Detrás de todas las hipótesis hay problemas de gravedad en lo referido a la seguridad aeroportuaria. Esto compromete la promesa de los días pasados de el titular de SCT, Jorge Nuño, de que en breve México recuperará su máxima calificación de seguridad aérea lo cual favorece el negocio de las aerolíneas mexicanas.
El posible hackeo es la inquietud más compleja porque vuelve a exponer la debilidad en ciberseguridad del Gobierno que, por cierto, sigue sin darle tratamiento exprés a la ley de dicha materia que se discute en San Lázaro.
Un dato: en las reuniones de seguridad de la madrugada en Palacio Nacional se ha mencionado que el colectivo Guacamaya, responsable del robo de archivos de la Sedena, podía seguir activo en el país y que desde las Fuerzas Armadas se hacían esfuerzos para contrarrestar esas acciones, una suerte de hackeo a los hackers.
La teoría del sabotaje a la infraestructura de Telmex tampoco se debe descartar si se considera la compleja situación laboral que hay en la compañía de Carlos Slim, en la cual el sindicato presiona por mejores condiciones.
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