“Empiezo por la conclusión: claramente No hay qué asistir al ejercicio, No hay que participar en la ratificación de mandato.
Digo ratificación, porque así fueron reunidas las firmas, millones de ellas falsas, y la invitación de morena fue a una ratificación, no a un revocatorio.
Sé que los argumentos son cada vez más controversiales y debatibles, que hay cada vez más gente que se entusiasma, pero hay muchos argumentos que hay que sostener.
Doy por reproducidos aquí lo que han dicho muchos analistas muy serios, Luis Carlos Ugalde, Max Keiser y muchos otros han sostenido: dada las preferencias electorales y la capacidad de movilización de los beneficiarios del gobierno, que pueden ser obligados a participar, y seguramente serán obligados por los “servidores de la Nación” que les entregan los programas, más la participación del crimen organizado, el resultado será indudablemente a favor de él. No hay ninguna posibilidad de qué gane la revocación.
Ese derecho -a revocar- no es el tema. El tema es validar un ejercicio que pretende afirmar que la “voluntad popular “ vale más que la Constitución. Y por ende, por encima de la Constitución, es más, por encima de lo que el presidente quiere, ¡el pueblo quiere que se quede!
¿Qué dijo este hombre en el juicio a los expresidentes? Que él no quería, pero que el pueblo iba a decidir. Y numerables ocasiones ha dicho eso, que él no quiere, pero que le hace caso al pueblo.
Ese argumento, de qué, yo no quería pero el pueblo quiere, ese el que usó precisamente Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua*, para convocar a un constituyente, *abrogar la Constitución por la vía de “el pueblo quiso” , Y así establecer, de manera permanente, la reelección*.
Cuándo yo le reclamé a don Gustavo Carvajal, un dinosaurio muy simpático, que cómo era posible que iba a buscar la senaduría por Veracruz, si él ya había sido diputado y senador varias veces, Secretario de Estado, precandidato o “ tapado “ como se decía antes, presidenciable pues, presidente del PRI. Que ya dejara a otros ocupar sus espacios y me contestó: “ eso es lo que yo digo joven Diputado, pero este pueblo necio de San Andrés Tuxtla quiere que yo sea senador por Veracruz “
La lamentable camarilla que hoy dirige al PAN cometió, para variar, un error imperdonable al aprobarle la reelección a este hombre. No se dice por ahora reelección, pero si ponen un argumento de que el voto popular, que expresa lo que “ el pueblo quiere “, vale más que los principios republicanos y democráticos establecidos en la Constitución del 17.
¿Y como impedir que el voto de lo que “ el pueblo quiere “ sea definitorio en la reelección? Abandonando el ejercicio, que claramente se vea que no sólo hay menos votos de la gente que quiere que siga respecto de lo que obtuvo en el 18, sino incluso menos de los que estuvo pidiendo el ejercicio ratificatorio, que así le han llamado, por desgracia, con apoyo de la corte.
Si se sigue alentando que la gente vaya a votar, se hará una bola de nieve creciente, con millones de participantes, y por cada uno de los bien intencionados que quieran que se vaya, habrá tres movilizados en su favor: uno por convicción, otro por programas sociales y a los cuales quien se los entreguen mano lo obligará a asistir, y otro por crimen organizado.
Al final del día dirá: a pesar de la movilización de la derecha, los conservadores, la prensa vendida y los fifis, El pueblo quiere que siga.
Lo que puede seguir es una convocatoria a una reforma constitucional, y si el PRI no cede, cosa que desgraciadamente es muy probable que si ceda, Convocaría a un congreso constituyente que establezca “ porque pueblo quiere “ la reelección, y el siguiente ejercicio será para reelegirse. Insisto esto no es fantasía, esto es algo que ya ocurrió en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Es un manual de libro de texto. No hay manera de qué el ejercicio salga bien. Incluso ahora, ya con la gente que está hablando de ir a votar, ya va a empezar a salir mal, porque va a acumular participación, qué es lo que quiere. Mientras más votos tenga, así sea en contra, el ejercicio, saldrá ganando. Ganará en cualquier escenario, y ganará diciendo: derroté a 1 millón o a cinco o a 10 millones de conservadores. En cambio, lo que quedó muy claro que lo puede dejar en ridículo, es hacerle el vacío. Así sucedió con la llamada consulta para el juicio de los expresidentes, que fueron tan pocos votos, que mejor lo dejó por la paz.
En conclusión, la mejor estrategia para no contribuir a su reelección, es no participar, hacerle el vacío. No caer en su juego.”